Procedencia
La madera de cumarú también recibe el nombre de madera de choibá. Es un tipo de madera nativa de América Central y del norte de la Amazonia, extendiéndose su cultivo desde Nicaragua y Costa Rica hasta Panamá, y destacando sus plantaciones en Colombia.
Color
La madera de cumarú presenta un color blanco amarillento en la albura y un tono pardo rojizo en el duramen, observándose entre ambas un contraste. Cuando la madera está seca, las capas superficiales se tornan en un tono blanco rosáceo y el interior en un marrón rojizo.
Textura
La madera de cumarú es una madera muy dura y pesada. Tiene un grano de tamaño medio y una fibra entrelazada pero bien definida, con arcos y bandas visibles.
Durabilidad
La madera de cumarú tiene la máxima calidad y resistencia en cuanto a entarimados de exterior se refiere, gracias a su aguante frente a cualquier clima, al exceso de humedad y al ataque de insectos o plagas.
Características
El mantenimiento de la madera de cumarú cuando se utiliza en superficies es uno de los más sencillos del mercado de maderas, ya que con solo un barnizado de aceite será suficiente para que se mantenga perfecta durante años. Eso sí, el secado será lento, y la madera de cumarú presenta una mayor dificultad a la hora de trabajar con ella, debido a su dureza, a su grano entrecruzado y a su alto contenido de silicio. Es por eso que se recomienda utilizar las herramientas adecuadas para su manipulación artesanal.
Usos
Las aplicaciones más comunes de la madera de cumarú suelen ser en tarimas de exterior, carpintería de exterior e interior, puertas, escaleras, revestimientos, molduras, zócalos, frisos y sobre todo parqué, carpintería de armar interior y exterior, chapas decorativas, tonelería e incluso construcción de estructuras para puentes, vías ferroviarias, armazones para techos, columnas y estructuras deportivas o de minería.