MADERA DE MANSONIA

Mansonia altissima
madera de mansonia

Procedencia

La mansonia es una de las especies arbóreas tropicales más desconocidas, si bien es sabido que crece en el oeste de África Occidental, en países como Costa marfil, Ghana o Nigeria.

 

Color

La albura de la madera de mansonia es de color blanco rosáceo, marrón o marrón oscuro, mientras que el duramen suele ser marrón rojizo tirando a un tono grisáceo. Al exponerla a la luz o usarla en espacios de exterior, puede ofrecer un tono más amarillento o pálido.

 

Textura

La fibra de la madera de mansonia es recta o levemente entrecruzada, y el grano varía de tamaño fino a medio. Es una madera fuerte pero no es extremadamente pesada, y su densidad se sitúa entre la caoba y el nogal.

 

Durabilidad

La madera de mansonia está clasificada como duradera frente a hongos y termitas, y completamente inmune a los líctidos. Además, su corteza contiene mansonin, que aunque puede provocar irritación en la piel a la persona que la trabaja, es también un veneno cardíaco, lo cual le proporciona la ventaja de resistir a la acción de cualquier ácido.

 

Características

La madera de mansonia puede presentar en ocasiones una fibra entrelazada, lo que hace que al cortarla o intentar trabajar con ella suelte astillas o se resquebraje por las fendas que la deforman. No obstante, generalmente esto no sucede y no presenta ningún problema ni con el aserrado, el cortar o el encolado. También es bastante impregnable en la parte de la albura, por lo que acepta bien barnices, tintes y otras coloraciones artificiales, si bien el duramen no suele pigmentar. La madera de mansonia se seca rápidamente sin demasiadas degradaciones, aunque tiende a agrietarse, una vez seca, es estable.

 

Usos

La madera de mansonia se utiliza especialmente para carpintería de interior, puertas, revestimientos, molduras, rodapiés y frisos.