Procedencia
El roble blanco americano recibe su nombre latino como Quercus alba, una especie que pertenece a la familia Fegaceae. Es una especie nativa de Europa, Asia y América del Norte. Concretamente, en esta última región se extiende desde Quebec a Minnesota y desde Florida a Texas.
Color
A pesar de su nombre, es muy extraño encontrar un roble blanco con la corteza de este color, sino que tiene un tono más grisáceo. Su forma es muy robusta y sus ramas crecen a lo ancho si se cría en el campo o en zonas extensas, por eso su físico grande le da un aspecto majestuoso.
Textura
La madera de roble americano tiene una consistencia pesada y fuerte. Con una textura gruesa y fibras rectas.
Durabilidad
La madera de roble blanco es tan duradera como el propio árbol, que puede llegar a durar hasta 500 años. Se cría en zonas de terrenos bajos, secos y húmedos, aunque hay especies que viven en zonas de casi 2.000 metros de altitud, por lo que el uso de su madera permite ser también multifuncional.
Características
Al igual que en el caso del roble rojo, la madera de roble blanco tiene tendencia a astillarse, sobre todo si se trabaja a mano. Asimismo, también se recomienda taladrarla antes de introducir clavos y tornillos. Admite un buen pegado y su acabado suele ser elegante y bueno, por eso no es necesario rellenar los poros con ningún producto. La madera de roble americano permite un buen tinte y en el caso de utilizarla junto con metal, es posible que adquiera un color más oscuro del esperado.
Usos
La madera de roble blanco es muy apreciada especialmente en el sector de la carpintería. Se utiliza para fabricar muebles al aire libre, barcos, toneles, suelos, muebles interiores como sillas o tarimas, así como cestas y chapas.