fachada ventilada

Fachada ventilada: qué es y por qué deberías considerarla en tu próxima reforma

La fachada ventilada se ha convertido en una solución arquitectónica de referencia en proyectos de rehabilitación y obra nueva. Su creciente popularidad en España responde tanto al envejecimiento del parque inmobiliario como al impulso institucional para mejorar la eficiencia energética de los edificios. De hecho, miles de propietarios están optando por renovar el aspecto de sus viviendas con este sistema, gracias a las subvenciones disponibles y a los resultados que ofrece en confort, ahorro energético y valor del inmueble. 

En este artículo, exploraremos en profundidad qué es una fachada ventilada, cómo funciona, cuáles son sus ventajas, y por qué es una de las mejores inversiones que puedes hacer para tu vivienda. 

¿Qué es una fachada ventilada?

Una fachada ventilada es un sistema de revestimiento exterior que se instala sobre la envolvente del edificio y que incluye una cámara de aire entre el muro y el acabado exterior. Esta separación permite la circulación constante del aire, creando lo que se conoce como “efecto chimenea”. 

Este sistema puede utilizar diversos materiales de acabado como piedra, cerámica, metal o madera tratada para exteriores. En todos los casos, la función es doble: proteger el inmueble de los agentes externos y mejorar su comportamiento térmico y acústico. La instalación de una fachada ventilada también mejora significativamente el certificado de eficiencia energética de un edificio. 

¿Cómo funciona una fachada ventilada?

El principio de funcionamiento de una fachada ventilada se basa en el efecto chimenea. El aire que entra por la parte inferior de la cámara de ventilación se calienta a medida que asciende por la fachada, generando un flujo continuo que ayuda a regular la temperatura interior del edificio. Esta ventilación natural reduce la acumulación de calor en verano y facilita la evacuación de humedad, contribuyendo a un ambiente más saludable. 

En invierno, la cámara de aire también actúa como aislante adicional, reteniendo el calor dentro del edificio. Además, el sistema ayuda a minimizar los puentes térmicos, uno de los principales causantes de la pérdida de energía en los edificios. 

Funciones de una fachada ventilada

Una fachada ventilada cumple con una serie de funciones clave: 

  • Barrera frente a los elementos: protege contra la lluvia, el viento, la nieve y la humedad del subsuelo. 
  • Aislamiento térmico: mejora la eficiencia energética gracias al efecto chimenea y al aislamiento adicional. 
  • Aislamiento acústico: reduce significativamente el ruido procedente del exterior. 
  • Estética: renueva por completo el aspecto del edificio, aumentando su valor percibido y real. 
  • Mantenimiento fácil: las piezas del revestimiento exterior pueden ser reemplazadas de forma individual si sufren daños. 

Ventajas de una fachada ventilada

Las ventajas de optar por una fachada ventilada son numerosas: 

  • Ahorro energético: gracias a su excelente aislamiento térmico, reduce el uso de sistemas de climatización y calefacción. 
  • Confort interior: mejora notablemente la temperatura y la humedad relativa dentro del edificio. 
  • Revalorización del inmueble: una fachada renovada y eficiente energéticamente incrementa el valor de la propiedad. 
  • Sostenibilidad: cuando se emplean materiales naturales como la madera, se reduce la huella de carbono del edificio. 
  • Durabilidad: los materiales de calidad y el sistema de montaje garantizan una larga vida útil. 
  • Versatilidad: permite elegir entre una gran variedad de acabados y estilos arquitectónicos. 

Fachada ventilada con madera: calidez y eficiencia

Entre los distintos acabados disponibles, la fachada ventilada de madera destaca por su combinación de funcionalidad y belleza natural. Utilizar madera tratada para exteriores, como el Thermopine, proporciona una serie de beneficios adicionales: 

  • Sostenibilidad: la madera es un material renovable y reciclable. 
  • Aislamiento superior: según diversos estudios, la madera aísla hasta cuatro veces más que el ladrillo. 
  • Estética atemporal: ofrece un acabado cálido y elegante que armoniza con diferentes estilos arquitectónicos. 
  • Ligereza: facilita la manipulación e instalación del revestimiento. 
  • Durabilidad mejorada: el tratamiento térmico aumenta la resistencia frente a hongos, humedad e insectos. 

Thermopine: la madera ideal para fachada ventilada

El Thermopine es una madera de pino gallego sometida a un proceso de termotratamiento sin productos químicos. Esto le permite alcanzar la clase de uso 3.2, lo que la hace apta para su instalación en exteriores. Entre sus propiedades más destacadas se encuentran: 

  • Mejora del aislamiento térmico en un 25% respeto al pino convencional. 
  • Uniformidad cromática gracias al proceso de termotratamiento. 
  • Vida útil superior a los 25 años con el mantenimiento adecuado. 

Fachada ventilada vs. sistema SATE

Una duda habitual en rehabilitaciones es si optar por una fachada ventilada o por un sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior). Aunque ambos sistemas ofrecen aislamiento, existen diferencias importantes: 

  • La fachada ventilada es más eficaz en la evacuación de humedad gracias a la cámara de aire. 
  • Mayor protección mecánica y contra agentes externos. 
  • Posibilita una estética de mayor valor arquitectónico. 
  • Instalación y mantenimiento más sencillos, especialmente cuando se emplean sistemas modulares. 

Instalación de una fachada ventilada

La instalación de una fachada ventilada sigue un proceso técnico que debe realizarse por profesionales: 

  • Revisión del muro existente para asegurar su estabilidad. 
  • Instalación de subestructura metálica o de madera, anclada al muro. 
  • Colocación del aislamiento (lana mineral, paneles térmicos, etc.).
  • Montaje del revestimiento exterior con la separación adecuada para la ventilación. 

Este sistema permite intervenir de forma controlada y sin necesidad de desalojar a los habitantes durante la reforma. 

La fachada ventilada es mucho más que un elemento estético. Se trata de una solución eficiente, sostenible y duradera que mejora el rendimiento térmico del edificio, aumenta su valor y proporciona un confort notable a sus ocupantes. Ya sea que optes por cerámica, piedra o madera natural como el Thermopine, este sistema es una inversión inteligente en tu inmueble.