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Las fallas de Valencia, una tradición con origen carpintero

En marzo de 2014, se erigió en medio de la Plaza del Ayuntamiento una de las obras magnas del gran Manolo García: un Moisés hecho con madera de vareta para celebrar las Fallas de Valencia. Según este artista fallero, que lleva trabajando en el mundo de la carpintería desde los 13 años, ahora que es jefe no deja “que nadie tape su trabajo con papel o cartón”. Y es que la obra de un carpintero queda solapada entre pinturas y adornos cuando se plantan las Fallas, pero sin el trabajo de este gremio, levantar figuras de semejante calibre no sería posible.

¿Cuál es el origen de las Fallas de Valencia? 

El origen de las Fallas se remonta a una tradición en la que los carpinteros, en vísperas de la fiesta de su patrón San José, quemaban frente a sus talleres muebles viejos. Poco a poco, estas hogueras fueron adquiriendo más personalidad cuando cada vez eran más los que se unían a quemar trastos viejos, como un modo de “reciclar” no solo lo material, sino también darle una connotación espiritual. Con el tiempo, los muebles viejos pasaron a ser figuras de madera hechas especialmente para la ocasión y que se decoraban con cierta sarna. De aquellos tiempos, los lodos de hoy son monumentos de 30 a 40 metros de alto, con colores, luces y presupuestos que hacen brillar la ciudad de Valencia por una semana entera.

¿Cómo se elaboran los monumentos falleros?

Existen varias técnicas para construir monumentos falleros: la tradicional con madera (más artística) y la moderna con porexpan (más barata).

En el caso de la estructura tradicional, en primer lugar se realiza un boceto de la falla completa en papel, se elabora una maqueta del monumento para saber cómo quedará y se hacen diversos modelos de arcilla a tamaño natural. Esta “estatua” se cubre de escayola y cuando se endurece, toma la forma del modelo. Después se destruye la arcilla y el molde de escayola se divide en partes para que el artista fallero pueda colocar por dentro cartón y cola. Cuando esta mezcla se seca, se desmolda la pieza y se coloca sobre un armazón de madera, lista para ser pintada.

En el caso del poliestireno, se talla directamente sobre el corcho blanco y se une al armazón, se lija y se deja listo para pintarlo. Aunque en los últimos años se opta por este sistema en muchas ocasiones, sigue primando la madera para la base de muchos ninots y figuras principales. Además, es el material más sano en cuanto a contaminación del medioambiente se refiere para el día de la cremà. El humo es menos denso, maloliente y tóxico.

El trabajo de carpintero, esencial para las Fallas de Valencia

En el caso de artistas como Manolo García, predomina la construcción con madera de vareta. Es un método muy laborioso, más cerca de considerarse arte que carpintería. Se requiere experiencia y material de calidad para formar curvas imposibles que aporten movimiento a las figuras. García asegura que la parte más costosa de este trabajo carpintero es cortar los listones de madera. Una tarea que puede llevar más de tres meses preparar para poder moldearla después, aunque no todas llegarán a formar parte de la figura porque acabarán rotas o deformadas por el propio uso de la madera. Es un trabajo más costoso y caro que las Fallas de porexpan o cartón, pero el resultado es sencillamente obvio a la vista.

La carpintería parece no tener fin a pesar de la ayuda de las nuevas tecnologías para realizar el trabajo pesado, y es que las Fallas en Valencia son arte, y siempre se requiere de una mano experta para darle el toque personal que tiene esta fiesta levantina. Tal es la dedicación de los valencianos a su celebración josefina, que la Generalitat abrió en 2011 un Grado Superior para la formación de artistas falleros y construcción de escenografías, extensible a Castellón y Alicante, tres provincias que viven por y para el foc i la flama.